sábado, 13 de febrero de 2010

Los Amorosos

Lectores jacarandsos que se toman la molestia de leer este blog, les deseo un día superchubirul, yo sé que son fechas en las que uno se puede sentir la caca más quedada del mundo pero también se tiene la oportunidad de sentirse la persona más afortunada de este planeta; todo es cuestión de usar las gafas correctas y elegir el panorama que más nos convenga.
¡Feliz Día de San Valentín!...su regalito es el siguente (dediquenlo, léanlo nomás, debrayense con el, critíquenlo. Es suyo):


Los amorosos callan.
El amor es el silencio más fino,
el más tembloroso, el más insoportable.
Los amorosos buscan,
los amorosos son los que abandonan,
son los que cambian, los que olvidan.

Su corazón les dice que nunca han de encontrar,
no encuentran, buscan.
Los amorosos andan como locos
porque están solos, solos, solos,
entregándose, dándose a cada rato,
llorando porque no salvan al amor.

Les preocupa el amor. Los amorosos
viven al día, no pueden hacer más, no saben.
Siempre se están yendo,
siempre, hacia alguna parte.
Esperan,
no esperan nada, pero esperan.

Saben que nunca han de encontrar.
El amor es la prórroga perpetua,
siempre el paso siguiente, el otro, el otro.
Los amorosos son los insaciables,
los que siempre -¡que bueno!- han de estar solos.
Los amorosos son la hidra del cuento.

Tienen serpientes en lugar de brazos.
Las venas del cuello se les hinchan
también como serpientes para asfixiarlos.
Los amorosos no pueden dormir
porque si se duermen se los comen los gusanos.
En la oscuridad abren los ojos
y les cae en ellos el espanto.
Encuentran alacranes bajo la sábana
y su cama flota como sobre un lago.

Los amorosos son locos, sólo locos,
sin Dios y sin diablo.
Los amorosos salen de sus cuevas
temblorosos, hambrientos,
a cazar fantasmas.
Se ríen de las gentes que lo saben todo,
de las que aman a perpetuidad, verídicamente,
de las que creen en el amor
como una lámpara de inagotable aceite.

Los amorosos juegan a coger el agua,
a tatuar el humo, a no irse.
Juegan el largo, el triste juego del amor.
Nadie ha de resignarse.
Dicen que nadie ha de resignarse.
Los amorosos se avergüenzan de toda conformación.
Vacíos, pero vacíos de una a otra costilla,
la muerte les fermenta detrás de los ojos,
y ellos caminan, lloran hasta la madrugada
en que trenes y gallos se despiden dolorosamente.

Les llega a veces un olor a tierra recién nacida,
a mujeres que duermen con la mano en el sexo,
complacidas,
a arroyos de agua tierna y a cocinas.
Los amorosos se ponen a cantar entre labios
una canción no aprendida,
y se van llorando, llorando,
la hermosa vida.

JAIME SABINES

2 comentarios:

  1. :D Es el poema que elegí para primer post de mi Blog !! y me encanta mi favorito entre los pocos que eh leído pues aveces las palabras te hacen sentir demasiadas cosas, más de lo que provoca un día para festejar, lo provocan poemas como este.
    ;D

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  2. EL AMOR,¿QUE SE PUEDE HACER CON EL?
    ES UNA TORTURA SENTIMENTAL Y A LA VEZ ALGO MAGICO QUE REPARA NUESTROS CORAZONES.
    DE QUE SIRVE CREER EN EL AMOR SI,TARDE O TEMPRANO,SE DESMORONARA,PIEZA POR PIEZA,NUESTRAS ALMAS SE IRAN DIFUMINANDO EN EL OLVIDO.
    SIGUE ASI.ESTA CHIDO EL POEMA.
    UN SALUDO

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