martes, 12 de abril de 2011

Ojalá

«La Revolución, a pesar de las contradicciones de ese tiempo, no sólo era un sistema social, también era amor y solidaridad, era poder acostarse sabiendo que no había nadie sin techo en todo el país , poder llamar "compañero" a cualquiera de los 8 millones de cubanos, era dar un recital en la escuela o en una fábrica, coger una guagua sin pagar si habías olvidado el dinero, o compartir con el vecino el ron que te daban por la "libreta". Y Emilia era todo eso, era la Revolución, era producto de aquella sociedad en que Silvio nos convidaba a "creer diciendo futuro"...¿Qué sentido tenía huir de algo a lo que se ama con todas las fuerzas?, y por otro lado ¿merecía la pena rendirse a la obsesión, no tratar de olvidarla?»

Silvio, memoria trovada de una Revolución

Ojalá que las hojas no te toquen el cuerpo cuando caigan
para que no las puedas convertir en cristal.
Ojalá que la lluvia deje de ser milagro que baja por tu cuerpo.
Ojalá que la luna pueda salir sin tí.
Ojalá que la tierra no te bese los pasos.

Ojalá se te acabé la mirada constante,
la palabra precisa, la sonrisa perfecta.
Ojalá pase algo que te borre de pronto:
una luz cegadora, un disparo de nieve.
Ojalá por lo menos que me lleve la muerte,
para no verte tanto, para no verte siempre
en todos los segundos, en todas las visiones:
ojalá que no pueda tocarte ni en canciones

domingo, 10 de abril de 2011

Elocuencias

Y entre el humo que vislumbraba la imagen confusa de mis amigos, se escuchaban los Beatles, me parece que Girl era la canción que sonaba en ese momento. La Hookah había sido "ahogada" por segunda vez, cortesía de una amiga cuyo nombre no pretendo revelar, y no precisamente por respeto, más bien porque estoy segura de que la mayoría de ustedes no la conoce.

Paso largo, paso corto; siempre he odiado las grietas, sí, soy de esas personas que tienen una manía por no pisar las líneas, lo peor es que siempre me envuelve un pensamiento en el camino que me hace olvidar mirar el suelo, es entonces cuando las grietas pasan a segundo plano. De todas formas no había motivo para mirar el piso, nosotros íbamos mitoteando tan a gusto que no había razón por la cual distraerse. Buscábamos un lugar para tomar un café, llegamos al Café Otaku y nos dimos cuenta que nuestro presupuesto estudiantil no daba más que para un café del Jarocho. Regresamos sobre la misma calle y vimos un lugar nuevo en donde vendían café chiapaneco, nos dispusimos a beber algo de ahí a la vez que veíamos con cierto agrado todas las bellezas que vendían a precio de visitante gringo.

-Tres cafés chiapanecos por favor- dijo alguno de nosotros, me parece que fui yo. Y los temas fueron saliendo; Rodin fue citado en algún momento mientras hablábamos sobre asuntos diarrrte, el fallido sistema escolar, Neruda, el amor y la inestabilidad de los artistas fueron los temas más recurridos en la mesa. Llegó el momento de poner música. «¿Qué quedó de tu blanco balcón?¿dónde está tu mirada de tímido amor? me preguntaba al ver pasar los changarines, enterrando los cofines, el olvido tu historia y la mía» y empezamos a cantar hasta que llegó un trío de mujercitas extranjeras a interrumpir el bonito ambiente que teníamos. Nos despedimos y cada quien se fue por su camino, nos veríamos más tarde.

Me sorprendió que llegara tan rápido a Buenavista, parece ser que el metrobús no es tan malo como muchas personas creen. Aproveché para pasar a la feria del libro de la terminal del suburbano. ¡Horrorosa! lo único digno de ella fue que pude conseguir unos ejemplares atrasados de Algarabía. Tenía todavía una hora de sobra así que pasé a uno de mis lugares favoritos de la ciudad, la biblioteca Vasconcelos, lo único bueno que nos dejó Fox durante su periodo presidencial. Tardé unos 15 minutos en encontrar Rayuela y finalmente me fui a la terraza a leerlo, clock clock.. clock clock.. me sorprende cuánto cambia mi percepción de ese libro cada vez que lo vuelvo a leer..

"Convencido como yo de que un encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que aprieta desde abajo el tubo de dentífrico"

..por algo es mi libro favorito..

" Porque fuiste siempre un espejo terrible, una espantosa máquina de repeticiones, y lo que llamamos amarnos fue quizá que yo estaba de pie delante de vos, con una flor amarilla en la mano, y vos sostenías dos velas verdes y el tiempo soplaba contra nuestras caras una lenta lluvia de renuncias y despedidas y tickets de metro"

En fin, lo demás del día yo ya no lo recuerdo, o tal vez sí. No sé.